martes, 24 de agosto de 2010

El regreso del más grande: ¡Gracias Dinho!


El F.C. Barcelona, sin duda, es el equipo que mejor juega futbol en el mundo. Nadie pone en entredicho el espectáculo que este club genera y lo agradable que es para cualquiera que guste de este deporte poder disfrutar de un partido del equipo blaugrana.
Sin embargo, hace poco más de siete años, todo era diferente; el equipo carecía de ídolos, de esperanzas, de alegrías. Cinco años habían pasado sin la consecución de un sólo título de Liga, el Barcelona se encontraba estancado en un frío y obscuro abismo que parecía interminable.

La era del presidente Joan Gaspart estaba por terminar, la continua cosecha de derrotas y decepciones lograba que el 2003 fuese el último año del mismo en el mandato. Una serie de desaciertos contribuían a la creciente incredulidad del aficionado blaugrana. Era en entonces, cuando después de una decisión severamente criticada, como lo fue la designación de Frank Rijkaard como director técnico, se encontraba a un Barcelona hundido en media tabla, sin aspiraciones, sin sueños. Comenzó el mercado invernal y todo apuntaba al fichaje de David Beckham por el equipo catalán, un golpe que habría sido dirigido al área de mercadotecnia del club pero que no daba muchas esperanzas futbolísticas. Pero todo ese rumor fue solamente una cortina de humo, la llegada de un jugador mucho menos conocido se anunciaba, aún no era una gran estrella pero ya había maravillado a todo París.

Sandro Rosell, en ese entonces secretario técnico, anunciaba el fichaje de Ronaldo de Asis Moreira, conocido como Ronaldinho, como la inversión fundamental de una nueva esperanza. Esa misma temporada, el equipo no consiguió ningún título, pero al ascenso meteórico tanto de resultados como de funcionamiento llenaba de credibilidad y sueños a toda la afición.

Cinco años después, el Barcelona se encontraba en la cima de la élite futbolística, ningún equipo jamás había logrado el nivel de espectáculo y efectividad mostrado por los blaugrana. Nunca un aficionado terminaba tan satisfecho de pagar un boleto como cuando iba a ver al Barcelona. En 2008, 2 Champions League y dos Ligas después, el entorno catalán decidió que era el momento de acabar con la sonrisa, echaron al Gaúcho como un villano, jamás agradecieron.

Ronaldinho se fue del Camp Nou por la puerta de atrás, porque la prensa y la malagradecida afición así lo decidió. Nunca supo valorar al jugador que los trajo de las cenizas. Algunos dicen que él fue quien los trajo "de vuelta" a la élite, pero la realidad es que, Ronaldinho hizo que el Barcelona lograra ser el mejor, en el se fundamentó lo que hoy es el Barcelona y que jamás había sido. Todo el bello futbol que el club practica desde hace años, en una grandísima parte se lo debe al brasileño.

Un jugador diferente, el mejor de la historia en sus dos años en la cima, el que logró que muchos adoraran al futbol, quien consiguió que el futbol pudiera ser visto, nuevamente, como un espectáculo.

En unas horas, este jugador diferente, regresará al Camp Nou, en su nueva etapa como rossonero. Aún los medios ponen en duda si el brasileño merece ser ovacionado. Algunos aún votan porque no lo merece. Increíble. Yo, en dondequiera que esté, me pondré de pie, aplaudiré y disfrutaré de un Ronaldinho, que una vez más será visto por el estadio que tuvo el honor de admirar todas sus conquistas, el privilegio de degustar todas sus maravillas. Y espero que el público haya madurado y entienda que estará frente a lo mejor que verán en su vida. Que agradezcan y admiren, porque ni Messi, ni Xavi ni nadie más jamás, logrará ser lo que Ronaldinho fue.

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